Salimos de Bangkok por tren (15 baths) en 3ª clase hacia Ayutthaya en un trayecto de unas 2 horas; me encantan estos momentos y no por placenteros, pero la nula confortabilidad, la velocidad irrisoria de los vagones chirriando y las mezclas de olores corporales de tanta gente variopinta hacen que me sienta inmensamente vivo. En todo caso el viaje se hizo muy corto porque la cantidad de momentos fotográficos que nos deparó fueron tremendamente increíbles. Al llegar alquilamos unas bicis y recorrimos toda la zona de las ruinas en unas 3 horas, tiempo más que suficiente para, sin prisa pero sin pausa, darnos cuenta que allí, más allá del momento bici y fotos de los 3 gozándola, no se nos había perdido nada…

           
…pues sí, me equivoqué, después de otras 3 horas de viaje en una mini van y en un VIP bus para llegar a Kanchanaburi, recordé que había dejado el pasaporte como depósito del alquiler de las bicis… así que después de tardar en encontrar alojamiento casi dos horas lo primero que gestionamos fue llamar al hotel donde lo había dejado para comentarles que en algún momento de los próximos 2/3 días aparecería por allí para recogerlo con el descuadre geográfico que ello nos suponía, pero era la mejor solución.

La guesthouse aquí una maravilla visual (por estar en un embarcadero del lago) pero no física, los colchones duros como el suelo y los baños comunes no transmiten demasiada «simpatía»; no obstante estuvimos muy agusto y hasta ahora ha sido lo más económico.

Junto con una joven pareja de argentinos que conocimos en este hostel, cogimos un bus dirección «Erawan National Park» (entrada 10€) para disfrutar de las maravillosas cascadas naturales; disfrutamos durante 3 horas de unos oportunísimos baños aunque si bien es cierto que había demasiada gente para mi gusto, quizá por ser domingo.

Con las mismas, teníamos que deshacer el camino hecho el día anterior para recuperar mi pasaporte así que empezamos por tomar el último bus que bajaba del parque al pueblo y… «apasionante» trayecto de casi dos horas: los 50 años del vehículo eran lo de menos, cuadriplicaba su capacidad y gran parte del trayecto parecía el metro de Tokio en hora punta, sentirme inmensamente vivo en este momento no me resultó igual de apetecible.

Completada la primera fase del trayecto, siendo las 6 pm y sin haber comido, decidimos darnos una tregua de transportes y llegar directamente a Ayutthaya para hacer noche allí en taxi privado y pasaporte recuperado ✌🏻
Patri cumplía años en un ratito, así que tanto en el restaurante cenando como en el hostel desayunando intentamos ponerle la nota de color a su día, no sin antes temer por soplar las velas nosotros ya que al no esperarse la sorpresa quiso ausentarse del desayuno para hacer alguna compra…
  
  

  
  

  

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