La confianza: el motor que mueve nuestro pequeño mundo.

Agosto 2018, es el último día de un viaje con un grupo espectacular, mágico, inolvidable,… vamos paseando por una playa de Zanzíbar y Nuria y Quique me preguntan: “Paco, dónde nos llevas el año que viene?” me paro, les miro y les digo “¿de verdad estáis ya pensando en el verano del 2019?”, su respuesta fue rotunda “pues claro!, molaría un sitio nuevo, diferente, ¿por qué no nos llevas a un destino sorpresa?”; “Buaaaaaaaaaah, me encantaría!!” les respondo,  “Os imagináis que os cito en el aeropuerto directamente sin saber a dónde vais a ir, sin saber prácticamente nada, ni dónde ni con quién y os enteréis unos minutos antes de subir al avión?”.

25 de enero 2019, 16 personas reservan en apenas 20 minutos un viaje diferente: desde ese momento lo único que iban a saber hasta la fecha de salida (más de 6 meses después, el 3 de agosto 2019) el calendario de pagos, las posibles vacunas y que la ropa más conveniente sería de otoño. 

 

¿Qué clase de personas se atreven a semejante locura, 15 días, con un presupuesto indefinido y sin saber absolutamente nada más? Desde que nació Juntos Mola Más nuestra filosofía principal ha sido la de confiar y dejarse llevar, y sin duda éste sería el viaje summum, el de la excelencia, el de la confianza llevada al extremo más extremo. Sin duda un viaje especial con personas especiales.

Elegí Sudáfrica por muchos motivos: por ser uno de los países con la flora y la fauna más diversa del mundo; por estar en nuestro continente favorito y ser el más rico y desarrollado con un contraste abismal con respecto a los que más conocíamos (Tanzania, Kenia y Mozambique); pero sobre todo por su historia reciente y por la gran dosis de racismo que aún hoy, 30 años después del fin del apartheid, se sigue palpando en casi todos los rincones del país.

 

20 de enero de 2022: planteamos de nuevo un viaje con un destino sorpresa para la segunda mitad de julio es decir, otros 6 meses después. 14 personas agotaron las plazas en apenas 10 minutos y no sé cuantas se quedaron fuera… ¡GRACIAAAAAS A TODAS!

 

Estoy en el avión camino de este destino unos días antes de que llegue el grupo aunque realmente el viaje está más o menos hilvanado y no necesita de mi presencia aquí para también dejar paso a la improvisación y a dejar cosas para resolver sobre la marcha. 

Me encanta rodearme de niños (y de mayores), me encanta rodearme de gente, echar el rato y charlar de lo que sea. Así vivo y viajo desde hace años, confiando siempre desde el primer segundo en que hay muchas más personas buenas que malas, confiando en que nadie te va a robar o a hacer daño, por eso de manera despistada me dejo las llaves en la puerta de casa o del coche habitualmente y nunca me ha pasado nada. La confianza se tarda un siglo en ganar y un milisegundo en perder, pero siento que confiar desde el principio trae muchísimas cosas geniales y te abre puertas que jamás creerías atravesar.

Y supongo que esta perspectiva es la que hace que aparezcan tantas personas especiales a nuestro lado bien sea para gozar unos días por este destino sorpresa o directamente por Tanzania, Uganda, Kenia, México o donde sea. Porque lo importante no es el destino, lo importante es no perdérselo.

 

Cada vez que sacamos plazas para alguna aventura las agotáis rápidamente y sí, sabemos que conseguimos algo diferente y que suele ser excepcional pero tampoco somos ciegos: son aventuras que con todo bien hecho a nivel burocrático y legal, con todos los permisos, licencias y seguros para poder llevar gente por el mundo, es imposible hacer más económicas, sobre todo en África, donde todas y cada una de las visitas que planteamos desde el punto de vista de cooperación y viaje alternativo sumando todas las emociones y sensaciones que a través de nuestros viajes nacen, crecen y permanecen y acaban siendo un MÁSTER DE VIDA que ni con todos los euros del mundo podríamos estudiar.

 

Así que de ahí gran parte del éxito. Y es lo que hemos pretendido desde el principio, un precio justo y asequible para todo el mundo que le apetezca confiar y dejarse llevar a lugares donde, literalmente, a nosotros nos ha cambiado la vida. Aunque ahora, dada la situación económica mundial, estuvimos a punto de cancelar todos los viajes de verano porque directamente cubrir gastos era imposible, pero esto es JUNTOS MOLA MÁS y, gracias a los viajes de la primera parte del año y a los sucesivos que seguiremos haciendo, unos apoyan a otros y cancelar era la última opción. Así que sí, se puede decir que los viajeros de este verano podréis disfrutar de vuestras próximas aventuras gracias a otros molamasitos que ni siquiera conocéis porque la ilusión agranda el corazón y lo último era quitárosla.

 

Al principio, en todos los proyectos de Juntos Mola Más, a las personas locales responsables de estos les digo lo mismo: “voy a confiar en ti, voy a confiar en vosotros, hasta que nos deis motivos para no hacerlo”. Hay muchos sitios donde ayudar y, si algo no funciona, puedes intentar cambiarlo o poner punto y final y continuar el camino. Jamás, en estos 5 años de andadura de proyectos molones, nadie nos ha dado motivos para desconfiar, pero gestionar dinero es complicado, muy complicado, y con personas de diferentes culturas, pensamientos y formas de hacer las cosas aún más, raro es el sitio donde no tenemos que estar encima para que nos justifiquen la inversión de alguna manera (tickets, facturas, recibos,…).

 

Igual de complicado que luchar porque nuestro paso sea lo más efímero posible a nivel visual pero lo más eficiente posible a nivel desarrollo sin saltarnos ninguna de las fases naturales de crecimiento. En todos los países, alrededor de los proyectos, tenemos familia y amigos de verdad que raro es el día que no nos piden dinero, un móvil o simplemente algo para comer. Es durísimo tener que decirles que NO permanentemente e intentar de alguna manera darles cañas para que pesquen y no directamente el pescado para que no se corrompan. Y ahora con la pandemia… podéis imaginaros la situación en muchos sitios. Tenemos que lidiar con tantas personas alrededor de todos los proyectos que a veces nos es muy difícil ser ecuánimes y justos con la gestión de vuestro dinero y no caer en la “trampa” (muy entre comillas) del director del proyecto X, del vendedor del souvenir A o del gerente del hostel Z porque su hijo no pueda ir al cole, su madre no tenga un trozo de pan o su mujer esté enferma y se esté muriendo.

 

Pero lo bueno es que, a pesar de nuestras negativas, todos lo entienden y nos reciben con su mejor sonrisa cuando nos volvemos a ver, saben que nuestro impacto es brutal tanto en los proyectos como en el entorno por donde pasamos y nos quieren de verdad, con el amor que no se compra ni se vende.

Y así funciona esto, con la confianza por encima de todo, de nosotros en ellos, de vosotros en nosotros y por dónde empecemos da igual.

Ahora sí, a las puertas del mejor verano de nuestras vidas vamos a abrazarnos, a besarnos, vamos a GOZAR y a bailar más que nunca y a seguir cumpliendo sueños juntos, si queréis, porque juntos mola más.

 

💛💗💚

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