Aquí empezó todo, en el orfanato “Amani Children’s home”. A finales de 2015 eran 38 los niños que no todos los días comían y cuya alimentación se basaba únicamente en ugali y frijoles.
Después de este tiempo colaborando con ellos hemos conseguido dar estabilidad a su alimentación: la tenemos asegurada para los próximos meses e incluso en nuestras visitas proponemos nuevos alimentos para que los niños tengan una dieta más equilibrada (dentro de las posibilidades africanas), como pollo, arroz, verduras, pasta,…
Una vez superado este punto, compramos una estufa para la cocina que tenían en un colegio privado, con ella se gasta mucha menos madera y el humo se va directamente por la chimenea, con lo cual a corto plazo ya obtenemos beneficios económicos (ahorrando mucho dinero en la compra de materia prima) y saludables (al evitar que la cocinera y sus pinches niños respiren constantemente todos los humos nocivos al cocinar).
También hemos conseguido llevar agua hasta la cocina, evitando que los niños tengan que pegarse paseos muy largos permanentemente con cubos en la cabeza para cubrir sus necesidades cada vez que se acaba.
En su día dormían hacinados en una habitación grande todos juntos, ahora hemos construido un edificio con nuevas habitaciones, hemos metido toda la electricidad, acabado los techos, rematado las puertas antes de pintar, comprado cristales, pagado a los obreros,…
Toda la info aquí https://www.juntosmolamas.org/877/
Ahora, durante el verano del 2017, con las aportaciones de las personas que han visitado Amani, hemos contribuido a mejorar las infraestructuras del centro, además de comprar alimentos y productos básicos en su vida diaria como son maíz, frijol rojo, aceite para cocinar, arroz, detergente, jabón de ducha, aceite para el cuerpo, etc.
En el mes de marzo una voluntaria comenzó la obra del cierre de recinto y una puerta de entrada, está obra estaba temporalmente parada, pero gracias al dinero aportado por nuestros voluntarios del verano hemos podido acabarlo por completo convirtiendo “Amani Children’s Home” en un hogar seguro para vivir con seguridad y tranquilidad.
Con el primer grupo de voluntarios se ha visto como se pone en marcha este atractivo proyecto, algunos han podido ayudar a poner el lugar apunto para comenzar con la pared, había árboles que perjudicaban seriamente las habitaciones de los niños, porque con las ramas ya había provocado desperfecto, por lo tanto, no quedó más remedio que derribar algunos de ellos para proceder a la construcción del cercado.
Con el segundo grupo procedimos a construir el otro lateral y la parte trasera del recinto, muchos voluntarios han querido poner su granito de arena ayudando a poner ladrillos, hacer cemento u otros trabajos de albañilería, aunque por momentos nos costaba convencer a los albañiles puesto que entendían que al pagarles por esos trabajos no tenían porqué ser ayudados (y menos por blancos).
Una vez acabado todo el vallado con ladrillo procederemos a poner masa blanca, a partir de aquí los voluntarios ya tendrán más facilidad de participar activamente ya que el plan es pintar nosotros mismos y decorar con dibujos, con la ayuda de unos pintores locales, con el fin de que quede hermoso para nuestros pequeños.
Los voluntarios acuden mayoritariamente al orfanato por las tardes, que es cuando están la mayoría de los niños y se puede pasar tiempo con ellos, además de jugar a futbol u otros juegos que se propongan. Ayudan a las mamás a cocinar, lavar ropa o cualquier otra actividad, mientras los voluntarios locales están encantados de tener manos que quieran ayudar y aprender de su forma de vida.
Antes de despedirnos, el último sábado hemos preparado una cena de despedida en la que JMM ofrece un menú nuevo para los niños y voluntarios nativos que como decimos comen prácticamente lo mismo cada día. En esta última cena preparamos pollo asado, arroz con carne, pasta con verduras, frutas y soda para todos, acompañado de música, risas, baile y alguna que otra lágrima.
