Siempre he sido un cabrón, un cabrón con patas, cuando trabajaba para dos de las más grandes entidades financieras de este país mis ascensos y mi proyección profesional iban plenamente vinculados a metérsela doblada a los clientes, y cuanto más doblada mejor, mucho mejor. Estuve 10 años engañando todos los días a muchísimos clientes, unas veces por órdenes directas de mis superiores y otras por el propio impulso y el carácter competitivo de querer ser el mejor en todo, y metido en la vorágine comercial y en mi ansia y necesidad de tener más hacía que hasta me inventara tácticas para engañar todo lo posible. No pasaba desapercibido, era objeto de muchas envidias tanto con compañeros como con clientes, me iba “fenomenal”, ganaba mucho dinero, apenas rondaba la treintena y sin cargas de ningún tipo me estaba comiendo el mundo…

 

Comida con jefazos del primer «gran» banco

 

Recogida de mi último premio por ser tan «buen» profesional

 

Eso creía, la presión por ser el primero en todo hizo que mi cabeza reventara, si seguía subido en ese cohete la hostia que me iba a dar iba a ser bastante grave, quizá hasta irreversible, así que con mucha sangre fría y con un don maquiavélico volví a usar mi egoísmo para bajarme cuanto antes.

Desde entonces me siento libre y pleno, sigo trabajando en el mismo mundo pero del lado del cliente, luchando contra los grandes, la estabilidad económica de antes es suplida por la psicológica y eso hace que me sienta plenamente realizado.

El 2014 fue el peor año de mi vida: a mi enésimo fracaso sentimental se une un fracaso profesional por meterme en un mundo desconocido; pero mi vida se viene abajo cuando me comunican que la persona que más quiero tiene los días contados, el maldito cáncer se ha instaurado en su cuerpo y hay pocas posibilidades que salga adelante. Sin duda fueron los 5 meses más jodidos de mis 35 años de vida, cada vez que recuerdo cuando me dan la noticia a casi 800 kilómetros de ella se me ponen los pelos de punta y no puedo evitar volver a llorar.

Afortunadamente la vida nos da otra oportunidad, ha salido adelante y, después de haber sido bastante egoísta y despegado de mi gente hasta ese momento pensando sólo en mi placer, ahora es cuando me doy cuenta que tengo que cambiar, así que reorganizo los cromos y me vuelvo para casa, para mi tierra, olvido mi bienestar climatológico viviendo en el sur y me vuelvo para la fría Castilla al calor de mi familia y de mis amigos, éste es el calor que quiero y desde entonces llevo el frío fenomenal.

Gracias a esta libertad acabo de vivir la experiencia de mi vida: he vuelto de África con una energía y vitalidad que jamás había sentido y por eso estás leyendo esto. Te conozca más o te conozca menos lo único cierto es que si no es por África y su gente ahora mismo no te estaría dando las gracias por estar aquí, a mi lado, soñando conmigo, soñando juntos. Siempre he conseguido lo que me he propuesto y esto no podía ser menos, independientemente del dinero que logremos mandar entre todos para estos niños huérfanos, ya sólo es un triunfo el que estés aquí sintiendo que algo estamos haciendo bien.


Son muchísimos más los “noes” que los “síes”, pero a cada respuesta negativa por querer soñar conmigo más crece mi sueño por realizarlo. Uno de mis mejores amigos tiene 2 casas y media, un mercedes y otro coche pequeño, un buen trabajo con un gran sueldo,… siento que no cree en mí, no sólo no va a colaborar con esto sino que entre risas me suelta que estoy zumbado, yo entre risas le digo que me encanta estar zumbado y no le presiono. Si no tuviéramos pensamientos estúpidos no tendríamos pensamientos inteligentes; el inteligente puede tener planes, pero el estúpido tiene historias, y me acuerdo de Schopenhauer: «Los grandes enemigos de la felicidad humana son dos: el dolor y el aburrimiento»…  Una prima no sólo no me ha preguntado por la iniciativa sino que veo que comparte frecuentemente propuestas a favor del mundo de los toros y en contra de ciertos partidos políticos,… cada uno en su rutina, cada uno con su mundo, cada uno con sus valores.  Yo les seguiré queriendo.

 

Hoy es Nochebuena, apenas sin darnos cuenta ayer cenábamos mis padres, mis hermanas y yo, hoy ya somos el doble con mis dos cuñados y mis 3 sobrinos. La casa se queda pequeña por la felicidad que desbordamos.

No sé de qué te conozco, ni siquiera sé quién eres, mucho menos si te interesa leer esto,… lo que sí sé es que me gustaría decirte que formas parte del que es el mejor año de mi vida y quería que lo supieras.  Gracias por soñar conmigo, gracias por ayudarme a comerme el mundo, ahora sí; no se si has aportado algo de dinero, si lo has compartido con tu gente, si has elegido alguna foto,… Pero si estás leyendo esto formas parte de mi. No esperes al día 1 para soñar, ni siquiera a que sea lunes, sueña desde ya, si tú y yo estamos soñando juntos, ¿por qué no sueñas con tu gente? No permitas que la costumbre de tenerlos te arrebate ese alguien especial que la vida te ha dado.

¡FELIZ NAVIDAD!

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